Mateo 14,1-12

Lectio Divina de Mateo 14,1-12

Oración inicial

Ven, Espíritu Divino manda tu luz desde el cielo.

Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.

Lectio

Del Evangelio según Mateo 14,1-12

En aquel tiempo se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús, y dijo a sus criados: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él fuerzas milagrosas.» Es que Herodes había prendido a Juan, le había encadenado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe. Porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla.» Y aunque quería matarle, temió a la gente, porque le tenían por profeta.

Mas, llegado el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio de todos gustando tanto a Herodes, que éste le prometió bajo juramento darle lo que pidiese. Ella, instigada por su madre, «dame aquí, dijo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.» Entristecióse el rey, pero, a causa del juramento y de los comensales, ordenó que se le diese, y envió a decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la muchacha, la cual se la llevó a su madre.

Llegando después sus discípulos, recogieron el cadáver y lo sepultaron; y fueron a informar a Jesús. Palabra del Señor

Meditatio

Herodes escuchó de la fama de Jesús. Muchas veces somos como Herodes, escuchamos hablar de Jesús, pero ni nos va ni nos viene, segimos nuestra vida de pecado.

El rey Herodes vivía en pecado pues vivía con Herodías, la esposa de su hermano Felipe. Juan lo reprendía por su pecado, y este para callarlo, puso preso a Juan, y aunque quería matarlo no lo hacía por miedo a la gente, que lo sabía profeta. En ocasiones somos como Herodes, vivimos en nuestro pecado y no aceptamos que nadie nos corrija, no escuchamos la voz de Dios en el hermano que nos reprende.

Juan era un profeta, el oficio del profeta es anunciar y denunciar, anunciar la Palabra de Dios y denunciar la que está mal. Cada uno de los católicos somos profetas gracias al bautismo, y tenemos que ejercer esa doble misión, anunciar y denunciar, misión difícil que puede traernos problemas como a Juan.

En Herodías están representados los acomodaticios, a quienes no les importa rebajarse, perder su dignidad con tal de conservar su posición en la corte, y obtener algún beneficio.

En resumen , habemos católicos como Herodes que aunque oímos hablar de Jesús no lo aceptamos, y que aunque alguien nos corrige no le hacemos caso. También algunos somos como Herodías, a quienes no importa hacer lo que sea con tal de lograr sus fines. Ojalá y todos fueramos como Juan, valientes predicadores del Evangelio, a quienes no asusta denunciar lo que está mal.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?

Oratio

Te doy gracias Señor, por tu Palabra, quiero escucharla con atención y descubrir tu voluntad en ella, quiero que mi vida transcurra de acuerdo a tus mandamientos, gracias Señor por tu Palabra.

Te doy gracias Señor, por las personas que pones en mi vida para que me corrijan cuando me desvío, dame Señor la humildad necesaria para aceptar mi error, gracias por tu corrección a través de ellas.

Te pido perdón Señor, por las veces que he querido conservar mi posición, mis privilegios a costa de lo que sea, sin importar que con ello atropelle a los demás, perdón Señor.

Te pido Señor tu Espíritu Santo, para cumplir cabalmente con la misión de profeta a la cual he sido llamado desde mi bautismo. Amén.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿qué le quieres decir al Señor con tus propias palabras?

Contemplatio

Selecciona una frase que te ayude a interiorizar la Palabra de Dios:

«Le tenían por profeta»

La repetimos varias veces durante el día para interiorizarla.
Quédate impresionado, fascinado, en silencio, en calma. Déjate animar por el ardor de la Palabra, como quien recibe el calor del sol.
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?

Actio

¿A que me comprometo con Dios?
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar?
Buscaré y aprovecharé las oportunidades que se me presenten para anunciar el Evangelio y buscaré denunciar con amor y caridad todo aquello que se oponga al mismo.